sábado, 29 de enero de 2011

Entre azul y turquesa

Mi hermana se nos fue hace poco más de un mes.
A ella le encantaba todo lo que fuera azul y turquesa.
Lo material si importa, objetos que uno va acumulando en el tiempo que crean un mundo único. Por eso, ahora que tengo algunas de sus cosas, siento que me acuerdo de ella bien. Que de alguna manera sus cosas están impregnadas de ella y tengo un pedazo de su fuerza conmigo. Han vuelto a mi, objetos que le regalé con mucho amor, aunque suene cursi, no me importa.
Estos aretes me hicieron pensar en ella al instante cuando fui a buscarle un regalo, creo que fue para un santo suyo.

Este porta-aretes si era de ella. Me encanta cómo se ven mis aretes en él.

Esta chalina se la tejí y regalé.
La punta de la chalina.


Mi hermana vivía compartiendo. Compartía su casa, su disposición a ayudar a quien fuere, compartía su risa de yegüita alegre... ufff, y cuando compartía lo que hacía en la cocina, a todos se nos caían los dientes. Eso era lo que más le gustaba, la repostería. "La idea es disfrutar lo que uno hace." Eso escribió en el primer post que hice en este blog. Me hubiera encantado tomarle foto a uno de sus postres, pero quedará en la memoria de la familia entera, eso que ella sabía regalarnos tan bien, sus dulces sabores.

Fotos: Ximena Barreto