En una de tantas tardes en que mis hijos juegan con sus espadas de Star Wars (creo que no hay niño que no le gusten), decidieron llevar el juego al dormitorio de uno de ellos, que no tiene techo alto. Luego de varias caídas, golpes, cabezasos contra la pared, piso y etc, escuché un POOOOOOOOOM. Y enseguida un "correeeeeeeeeeeeeeeeee".
Rompieron algo que yo creí irrompible, una lámpara de plástico de 15 soles que colgaba del techo. Además por su puesto el foco ahorrador de bola, que la verdad, fue como una explosión, porque adentro no sé qué gases tiene que me hizo recordar los comienzos de la década de los 90.
Miré la lámpara de plástico y pensé que tenía solución.
Pasaron unos días.
Pasaron las amenazas maternales.
Me pasó lo molesta que estaba.
Y con 4 papeles bond, impresos en 2 diferentes tonos de verde y un poco de cola sintética curé a la lámpara.
¿cuánto durará hasta que Han Solo, Darth Vader, Yoda, o sabe dios quién vuelvan a hacerle una cicatriz más?
Desconozco mayormente señoras y señores.
Fotos: Ximena Barreto











